Hay veces que los recuerdos terminan por sacudirle a una.
Que llegan a ti bombardeándote con fuerza dejándote totalmente noqueada.
Te pilla completamente desprevenida y no sabes bien cómo debes actuar.
Y el corazón empieza a sentir de nuevo placeres y sinsabores olvidados.
Son fechas malditas de recuerdos malditos. De regalos abiertos con ilusión, de besos salados, de emociones contenidas y desbordadas.
Son fechas de paseo en hombros de papá para no perder detalle y de noches en vela acurrucada en mamá.
De desparrames sin culpabilidades, de ‘todo vale, no pasa nada’ , de ‘solo será por estas fiestas’.
Aparecen con sabor agridulce queriendo retomar hilos y deseando cortar otros.
Se agolpan sin freno, haciendo aquaplaning los recuerdos.
Llueve… Pero las nubes se van alejando..