Ya sabemos que su característica principal no es la racionalidad. Pero de ahí a que aparezca cuando menos se la espere va un abismo. Hemos quedado en que llamaría antes de pasar, que haría notar (de una u otra manera) su presencia. No puede aparecer de sopetón a la más mínima provocación. Está bien que exista, usted en parte es la “culpable” de que no aparezca la tan temida depresión. La verdad es que gracias a sus ataques, la tristeza solo aparece muy de vez en cuando y tiene poco que hacer. Pero su presencia desarma, agota, quita la razón. Debe sosegarse, comprende? Debemos evitar esa ansiedad que siempre viene cuando usted se va.
Debería dejar paso a los buenos sentimientos: La bondad, la calma, la paciencia, la reflexión. la autocrítica. Aprenda a mantenerse a un lado y así evitará hacer tanto el ridículo para luego no sentirse tan avergonzada.
Por favor! A su edad y perdiendo la compostura.. Y más, señora mía, en casos y cosas que no merecen la pena.
Atentamente: esta de usted que la sufre (más de lo que desea).